domingo, 31 de mayo de 2015

La costa Mediterránea hasta Guardamar del Segura. Un viaje por España.





La costa mediterránea, Barcelona-Guardamar


Este viaje es uno de los que pude hacer con la persona que en aquel momento era mi pareja y por ello también es un viaje muy especial, hicimos una salida y luego este viaje. En realidad hicimos más de un viaje puesto que nuestra relación iba mucho más allá.

A Elena, por su propio deseo, no la veréis pero pienso que tanto a ella como a mi nos resultará positivo volver cuando queramos a recordar una etapa feliz que posteriormente, por desgracia, terminó.



Presentación

Los inicios, primera y segunda parte.

Dia 1 Sant Pere de Ribes-Deltebre, con trampa.
Día 2 Deltebre-Peñíscola
Dia 3 Peñíscola-Grao de Castellon
Día 4 Grao de Castellón-El Puig de Santa María
Día 5 El Puig de Santa María-Oliva
Día 6 Oliva-La Vila Joiosa
Día 7 La Vila Joiosa-Guardamar


El final

Aunque si lo que quereis ver son los recorrdios aqui los teneis:


La costa Mediterránea hasta Guardamar.

Presentación


Escribí hace unos meses la despedida al último viaje, la despedida a los viajes en bicicleta.

La V…

En la despedida escribí algo que hoy recobra una importancia especial:

"en realidad a poco que lo piense nada puede esperar."

Y tras la despedida añadía un texto:


La vida pensaba en otra cosa.... poco importaba como imaginara el futuro, casi nada de aquello se iba a convertir en realidad.

La vida de esa manera ponía nuevamente las cosas en su sitio, en el sitio donde la vida las quería poner....

Nada de lo que imaginaba respecto al futuro se iba a convertir en realidad, la vida jugaba los dados nuevamente y me hacía un regalo y no era un viaje usual o inusual, no era un viaje en bici, no era un viaje en sentido estricto de la palabra viaje…

Era un viaje de dos, de dos personas viajando por la vida. 
Hacía mas de ocho años que no viajaba con alguien en bici. Como mucho alguna persona había venido a coincidir en alguna etapa que había hecho o a viajar algunos día conmigo como ocurrió con Ángel.

En un rincón de la vida alguien navegaba sobre olas imposibles, en la búsqueda de la felicidad, en realidad mucho no parecía pedirle a la vida, tan solo algo de calma y sosiego, detener el tiempo en segundos… quizás minutos de eterna felicidad…

Tras la lucha, la bajada a los infiernos y tras ello… la sufrida subida para respirar aire en la que se había dejado las uñas y la piel mientras que las lágrimas dejaron de fluir…

Cuando pudo respirar, al fin, le quedaba un largo camino que realizar, ese camino estaría plagado, como cualquiera de los que como ella debía de realizar, de trampas, de engaños, de momentos en los que agarrarse a una esperanza a veces podía ser mucho más que un enorme esfuerzo.

En el camino se quedaron retazos de vida sin que esta se acabara…

Dicen que lo que no te mata te hace más fuerte…

Algo así, creo yo, que sucedió…

Algo así como esto:


(Hdr skies Part 2)

Y tras vueltas y vueltas sin descanso… dos vidas se cruzan, esas vidas sin saberlo parecen enlazarse invisiblemente… y en ello algo juega a favor de que ocurra…

Una ruta en la que ni tan solo hablan

Una comida en la que una explica a medias y la otra calla

Un pequeño trayecto en el que uno indaga y el otro sueña

Un paseo en el que la mirada oblicua parece traspasar la materia

Un desayuno en el que la mirada no está en los ojos de la cara del otro.


Tan solo había que dejar que el destino jugara sus cartas y eso es lo que hizo…

El destino rompió ligazones, el destino provocó una venta de unas cubiertas que tenía un fin.

Y todo ello se confabuló para que alguien hiciera la pregunta y los dos obtuvieran la respuesta

Y a partir de ahí… andar deprisa...

Quien se puede, de pocos bocados, comer la vida?

Luchar, como tener la razón, no siempre es suficiente.

Tan solo el deseo y la imaginación pueden hacer realidad los sueños y estos tienen fechas de partida, etapas pensadas y viaje entre dos….

Compartir la pasión es otra forma de hacer a la que no estoy acostumbrado

Es tiempo de renacer e imaginar en plural.

El deseo es viajar, el deseo estalla y se convierte en pasión

La pasión no entiende de nada que no sea escapar una vez más.

La pasión es viajar


La costa Mediterránea, hasta Guardamar.


El inicio, mayo 2015.


Hacía casi dos meses que mi vida había dado un nuevo giro…

El pensamiento, en ese tiempo, se iba y venía de excursión al fondo de mi ser… 

Nuevamente un repaso sucedía a otro, el repaso del pasado, la visión del futuro.

De entrada seguía manteniendo las salidas más o menos controladas cuando algo cambió.

Nuevamente, las circunstancias hacían que los astros comenzaran a cambiar de posición…

Sabéis?

De eso no nos damos cuenta…

Unos pedales, unas cubiertas eran esas circunstancias, una comida en la lejanía, preguntas y respuestas recortadas por la prudencia y el temor…

Los pedales reposaban en una caja, las cubiertas se vendían en Internet y habíamos acordado que celebraríamos esa venta, así que los astros inquietos seguían su curso hacia una nueva posición.

De entrada la idea era pasar un día y comer juntos, tal vez una incursión en la arena y quizás reposar los pies en el agua que se mojarían en el mar que nos une… pero…

La mente también lo hacía: Volver…

No hacía tanto que pensaba en algunas de las cosas que he realizado. Recordé como aproveche aquel día en el que el sol le ganaba la partida a la luna… esto es, que había algo más de doce horas del día y algo menos de esas horas de la noche, para salir a volar bajo…

Eso sucedió el 17 de marzo del 2012

En aquel momento decidí ir a buscar la nieve…. al pirineo.

También recordaba aquel viaje en el que me perdí en el pirineo… Eso fue haciendo la transpirenaica en sentido Cataluña desde el País Vasco, me perdí en la etapa de Castiello de Jaca a Fiscal…

En semana santa no era posible hacer nada salvo esa excursión con Elena y los astros eso no estaban dispuestos a admitirlo tan fácilmente así que por la casualidad de la vida disponía de algún día para salir con la bici y a eso iba: a ver como fue aquello… a ver donde me perdí y a ver la nieve.

Había pues que pensar que en esa excursión, desde luego a mojarnos los pies en el mar no era posible… había que hacer algo.

La tecnología moderna a veces ayuda y otras puede estropear lo que es natural…

Una pantalla recibía un mensaje… no podrá ser… otra pantalla recibía la respuesta… lo sabía.

Algo chispeaba en la mente, algo se movía cuando la contestación  a ese "lo sabía" fue: tal vez hallan alternativas.

El silencio precedió a un primer estallido cuando se esbozó una de las alternativas: aplazarlo… 
a la que siguió otra… 
voy al pirineo… te vienes?


Los inicios, primera parte 


Sarvise indefectiblemente me sumerge en mis pensamientos y en mi pasado, a un pasado de hace decenas de años…. En una ocasión se perdió una navaja junto al río Arazas y convencido de poder encontrar todo aquello que se perdía fuimos a buscarla aunque en aquella ocasión no tuve éxito.

Sarvise me dijo entonces que debía de seguir buscando, en ese momento no lo entendí, quizás aquello tan solo era un primer asalto a lo que es la batalla de la vida.

En Sarvise, por segunda vez, se obró un milagro.

Hoy hemos ido a buscar la nieve, aunque en eso no hacía falta tener convicción alguna o suerte puesto que en esta época del año y más en este año lluvioso que es nieve en las alturas la puedes ver fácilmente. La vimos ayer desde el coche camino de Sarvise donde estamos instalados, la hemos visto hoy ya en bicicleta cuando hemos ido subiendo por una carreterita camino de la población de Fanlo y más allá cuando hemos llegado a Nerin.

La mañana era fría y presagiaba buen tiempo. Hemos tenido suerte, en el valle donde estamos alojados aún no había entrado el sol pero el astro rey se ve en las partes altas de las laderas que lo envuelven. La carreterita que hemos cogido se amolda a un barranco, el del Chate, que en esta época de deshielo lleva agua que irrumpe estrepitosamente en las rocas camino del río Arazas que está inmenso y bello.

Íbamos subiendo con calma, iba pensando mientras pedaleaba, iba en silencio, mirando a Elena y escuchando el ruido de la naturaleza…. una naturaleza implacable a la que poco le cuesta demostrar su fuerza.

Tras una ermita que se adivina a lo lejos, la carretera te lleva hacia el norte donde unas eses hacen que ganes altura.

Fanlo nos mira y nos dice que no es sino un cambio de vertiente en el relieve… cambio que nos lleva hacia el este en bajada. Una bajada económica que más que nada es un suspiro para empezar de verdad a subir allí donde se indica Nerin. Pasamos a la población puesto que allí también está el recuerdo de aquellos días y porque hay que pensar en aprovisionarnos de la comida que luego degustaremos y allí se encuentra.

Cuando llegas a la población, por la derecha, sale una pista que conozco… una pista que sube la ladera de La Estiva hasta el cuello Arenas... Desde allí hay una vista que no deja indiferente a los que pretenden coronar el Monte Perdido: El Tabacor… a cuyos pies descansa un refugio casi mítico: el de Goriz

Pero yo estaba en otras cosas puesto que un poco más allá no solo había nieve, no solo habían picos, no solo habían unas vistas espectaculares…. 
Allá abajo, cientos de metros más abajo de donde nos encontrábamos, hay un valle….

El valle del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.

Y esas vistas nevadas no solo merecían los esfuerzos de esta mañana, esas vistas merecen todo el esfuerzo que sea menester emplear para ser vistas...

Junto al desfiladero hemos comido lo que llevábamos con nosotros… viendo pasar el viento, sintiendo la montaña e intentado entender lo que allí había.

Cuando declinaba algo el sol hemos comenzado la bajada… que nos llevaba nuevamente por parajes precisos… allí veíamos el Ara, el Arazas y Torla.

Bajábamos lentamente a la velocidad que permitía el relieve, la acumulación de la nieve en la ladera oeste de ese pedazo de montañon y el terreno. 
Hacíamos y deshacíamos las curvas: las del camino y las curvas de nivel imaginarias mientras nos acercábamos nuevamente a la civilización.

Pasado Torla todo era seguir bajando para volver a subir al punto de inicio y comenzar a intentar digerir todo lo vivido.

Elena creo que ni imaginaba que pudiera hacerlo, mientras cenábamos la iba mirando lentamente observaba cada uno de sus gestos visibles y no tan visibles y me preguntaba que había detrás de su cara… de que color eran sus pensamientos.


Los inicios, segunda parte.

Cuando me di cuenta de que mis "obligaciones" me permitían hacer esta salida de semana santa comencé a barajar posibilidades… ir al norte, ir al sur….

Tengo pendiente volver a una sierra allí en el Pais Vasco… me la perdí, había niebla, tan solo oía el rugir del mar que es y parece océano… pero si vives en Barcelona el País Vasco está lejos… esa era la sierra por la que circulas cuando sales de Irun haciendo el Camino Norte de Santiago.

Me dí cuenta de que quería montaña y una parte del pirineo es una de las cosas que está cercana a los que residimos en Cataluña y comencé a repasar pasos y lugares… enseguida apareció Baga, Montrevei… pero también apareció Ordesa y con ello un capítulo de aquel viaje un tanto especial… en el del 2009 que llevaba a cabo la primera Transpirenaica.

Vino a mi mente aquella imagen: una luna llena enorme que surgía por detrás de una montaña… una montaña que tenía frente a mi… Mientras yo estaba pelándome de frío en una noche de verano, en una explanada en el altiplano intentando descansar… allí habían vacas que le ponían sonido a la soledad, allí habían jabalíes que intentaban alimentarse… y allí estaba yo tendido sobre mi bolsa impermeable tapado con lo que tenía y casi sin comer ni beber nada… y con mi bici, mi remolque y el resto de equipaje...

Vino la luna a rescatarme…. de una noche que se presentaba de todas las maneras posibles menos agradable.

Recuerdo que llegué muy tarde al hostal del pueblo, era casi de madrugada… ni siquiera sabía que pueblo era aquel y resulto ser el que era el destino previsto para aquella etapa…. así que al día siguiente escribía, en el tapete de la mesa donde desayunaba, una crónica un tanto especial.

Hoy hemos ido a buscar el lugar donde me había perdido y averiguar el porque aquel día no supe encontrar el Camino.

En Fiscal acabé aquel día… enseguida me he dado cuenta de que por donde subía no era por donde aquella noche veraniega bajaba puesto que aquella noche madrugadora vi una cosa que hoy al iniciar mi ruta no he encontrado: 

El vertedero de Fiscal y se bien donde está que no es por donde enfrentábamos hoy a la montaña.

Pero en ocasiones hay círculos que se empeñan en cerrarse…

El Norte ha dejado paso al oeste y la subida iba transformándose de dura a muy dura.

Vamos girando con la montaña, lentamente ese oeste se ha vuelto a transformar en sur y con el paso de las horas han llegado las dificultades en el llamado barranco del valle que no era un barranco sino un curso continuo de agua que parecía un río, son las cosas del deshielo.

Al fin no he encontrado el lugar

Los recuerdos han aflorado a mi mente y tras reírme tanto como he podido de todo empezando por mí… hemos continuado el camino con una variante que nos ha llevado a repetir parte de aquella ruta.

Ruta por otra parte que a mi compañera le parecía preciosa y dura. La verdad es que aquí casi todo merece la pena independientemente de tus objetivos.

Tras una bajada brutal, que hemos debido de realizar con las bicis al lado y que no recordaba que lo fuera tanto, el paso sobre uno de los túneles de la nacional 260 me ha confirmado mis temores: Los que me han llevado al recuerdo… al recuerdo de aquellas luces de la carretera y ver nuevamente como aquel camino, que era el que hoy nuevamente reseguíamos, se hundía y separaba más y más de la carretera… para llegar nuevamente… a Fiscal.

Ese tramo si que era el que realicé aquel año!!!

Cuando he sido consciente de todo ello me he dado cuenta de que sabía mi destino, las naves industriales y lo que vi aquella noche. 
El vertedero ha aparecido al final de la jornada. La única variación que he visto sobre lo que vi aquel día es que existe una nueva parte asfaltada del recorrido: la última y que hoy era de día y no de noche.

En el Hostal que me acogió Elena y yo cambiamos tiempo por comida, sosiego por duda, deseo por certeza: volveré, volveremos.

En el recorrido a Elena le relataba lo que íbamos a encontrar por delante. En esta ocasión era ella quien veía luces y sombras en mi rostro mientras comíamos… Era Elena quien parecía escrutar un gesto cuyo significado intentaba averiguar… y ese gesto tan solo era ese verbo conjugado en futuro: volveremos.


Dos días inolvidables en los que los astros han cambiado de posición para quedarse quietos nuevamente.

Los viajes tendrán su continuidad hasta que ello sea imposible.


La costa Mediterránea, hasta Guardamar.

Dia 1 Sant Pere de Ribes-Deltebre, con trampa. 30/05/2015


El ritual…

Siempre lo he hecho, siempre ha sucedido, siempre lo recordaré.

El ritual comienza temprano, muy temprano, en ocasiones he creído que en realidad el ritual empezaba a la hora de dormir del día anterior al del inicio del viaje…


Los gestos, las pequeñas manías que nos asaltan… he dejado la nevera cerrada?... el agua… el gas... la basura…

Recordaba aquella ocasión, la primera, en la que iba a relatar un viaje en Internet que me tuve que dar la vuelta a unos dos Km. de mi localidad, junto a un restaurante: el Carnivor… 
Hoy, también solo, enfilaba el pasillo de casa que me conduce a la calle… abría esa puerta escuchando el sonido metálico que tras de mi produce al cerrarse y a cámara lenta todo parecía sucederse.

Hoy rompo casi ocho años de viaje en soledad que no solo…

Y atravieso caminando la plaza en la que hay un pequeño lago en el que hay un surtidor que chisporrotea sonidos, manda reflejos de luz, me despide…

Rafa ya no trabaja con Mario, el encuentro con el formaba parte del ritual. 
Mario me mira con esa mezcla que conozco bien… hoy no puede hacerme las fotos a mi y a mi equipo de viaje: Esperanza y Bob, así que Rober, un simpatico lugareño de origen Argentino, le toma el relevo.

Dos, tres pedaladas y el perfil de la calle me lleva hacia esa carretera miles de veces recorrida…

La subida precede a la bajada mientras pienso y mientras lo hago intento con todas mis fuerzas entrar lo antes posible en mi viaje y lo que representa el mismo.

En los viajes se dejan cosas atrás mientras caminas hacia delante.

En Vilanova i La Geltru espero a Elena quien asomada desde una plataforma del tren, expectante, me sonríe. 
Mi compañera ha madrugado más que yo que junto a ella seguimos en el tren que nos lleva a Sant Vicençs de Calders, una estación de Comarruga, perteneciente al término municipal de El Vendrell. Esa estación es un final de los trenes de cercanías de esta parte de la provincia de Tarragona.

Y tras el trayecto en tren... El mar…

El mar acompaña dos viajeros que pedalean sobre sus monturas y entre risas y miradas de complicidad se suceden las poblaciones de lo que llamo, con cariño, el pasillo de casa.

Creixell, Torredembarra, Altafulla, Tarragona, La Pineda, Salou… Cambrils.

El pasillo de casa acaba donde comienza la naturaleza… y ello no sucede hasta Miami Playa. Una naturaleza inmediatamente corrompida por la instalación de una central nuclear...

Un apoyo incondicional, Candido, se incorpora a nuestra comida en el Hostal Hellin y nos relata pequeños derrumbes en su vida e intentamos animarlo... finalmente algo repuesto y yo diría que hasta exultante nos despide para más adelante mandarnos un emotivo mensaje.

Tras la central nuclear encontramos el simple y llano disfrute junto al mar, allí están las playas de impresión, los acantilados que huelen a verano...

L’Atmella de Mar da paso a L’Ampolla y esta nos deposita junto al agua estancada siempre en movimiento de los campos del delta…

El recorrido, tan conocido como increíble, pasa paralelo a la autopista cuyo ruido nos recuerda lo cerca y lejos que estamos de esa civilización de la que de alguna manera huimos…

En el delta los horizontes compiten con el reflejo del cielo en el espejo del agua… allí nos veíamos, allí ha acabado el día, cerca, muy cerca del río un poco más tarde de lo deseado.

algunas fotos.













La costa Mediterránea, hasta Guardamar.


Dia 2 Deltebre-Peñíscola. 31/05/2015


Un río dulce, enorme y quieto nos recibe en la mañana húmeda, cargamos los trastos en las bicis y allí que nos hemos ido:

a verlo.




Elena se perdió esta parte de la naturaleza en una quedada a la que vino pero esa parte no la pudo ver.  Aquel día pasamos junto al río por donde hoy lo hemos atravesado. Era un día de viento… recorrimos, como hoy el delta hasta Sant Carles de la Rapita, allí donde acaba por su otro extremo ese triángulo de unos 20 Km de lado… 

El delta, magnifico, nos despide en la suave mañana.


La N340 es una vía algo desprovista de tráfico en este domingo matinero, pero pronto la hemos dejado para pegarnos como posesos al mar y a sus paseos marítimos en Les Cases d’Alcanar

Aún no hace el calor veraniego conocido si bien… no nos podemos quejar.

Vinaròs y más allá Benicarló no son para mi más que esos pueblos amables que en innumerables ocasiones he atravesado. Miro tras mis gafas el rostro de mi compañera, busco en sus gestos eso que se que se produce: la sorpresa y todo aquello que sucede cuando viajas con la bicicleta… 
En ocasiones paramos y su sonrisa la delata, en otras cualquiera podría pensar que está preocupada… todo ello se desvanece en cuestión de un segundo cuando confiesa su estado de felicidad. Al fin y al cabo está haciendo realidad, acariciándolo, un deseo, un sueño...

En Benicarló visitamos el albero de su plaza de toros a la que accedemos gracias al bar que está allí abierto. Hemos comprobado como la costa de Castellón sigue aguantando los envites de un mar que produce estragos en su frágil y bajo acantilado mientras que los torrentes impiden el paso suave por la costa y nos obligan a volver a una desagradable 340 que esquivamos a poco que podemos. Los torrentes del Senia y luego el de la Viuda nos hacen remontar y volver a caer hacia el mar.

Tras un receso en el trazado... allá al fondo surge Peñíscola, que llena de vida aparece como un lugar enigmático y algo fantasmagórico, con historia más allá de su castillo, de sus intrigas, de aquella época negra en la que también se situó la iglesia de roma…


Tras alojarnos en un hostal hemos ido a ver, y a recorrer, tan bonita localidad. A usurpar con nuestro paso sus piedras desgastadas, a sentir ese viento que solo existe junto al mar...


El faro ofrece vistas magnificas y sobre el, junto al castillo, la figura del papa luna preside mucho más que el lugar: rememora la historia.


algunas fotos 










La costa Mediterránea, hasta Guardamar.


Día 3 Peñiscola - Grao de Castellon, 1/06/2015


Ayer la noche nos recogía.

En las calles quedaban los pasos que retumbaban en la noche, es el ruido que rasga el silencio. En el silencio cenamos con esa sensación de vacaciones que da la proximidad de un paseo marítimo en una terraza iluminada de colores naranjas que oculta el cansancio de dos caras sonrientes… si bien no todo es perfecto...

Los sueños hacen que el deseo tope con la realidad y esta tiene caras afiladas, esquinas recónditas y desconocidas.

Peñíscola alumbra la noche y hace que sea soñadora… y con todo lo que en esos momentos sucede el dormir no es ni fácil ni sencillo... todo parece volver a la normalidad en una madrugada callada y silenciosa tan solo turbada por los ruidos de la noche que te apartan de lo que en esos momentos es importante.


La mañana se levanta silenciosa y cauta, tan solo un gesto, desayuno y a la calle, la ruta nos espera.

-A donde vas viajero?

-A la Torre de Badum

-Cuidado con la subida, cuidado con esa costa…


Elena a pesar de estar advertida no cree que haya tanta subida tan temprano… al fin y al cabo se ve una ladera junto al mar...
En marcha avanzamos al tiempo que vamos girando la vista… allí al fondo preside un castillo y una iglesia que reinan sobre las casas blancas moteadas de detalles y de agujeros verticales que hacen un conjunto que recuerda a Saint Malo. De hecho esa idea se me ilumina en la cabeza al pensar sobre mi compañera.



La Torre Badum, soberbia, se localiza en un enclave un tanto enigmático que enfrenta el horizonte… algún centenar de metros mas abajo se encuentra ese mar que hoy parecía tranquilo y suave. Apenas las olas osan golpear a ese trozo de costa que es la sierra de Irta.

En sus playas, mientras descansamos y sopesamos incluso bañarnos recuerdo aquel primer concepto que vino a mi mente cuando pase hace años por aquí… y que hoy era más real que entonces: el acantilado de la Sierra de Irta está lamido por el agua…

Alguna nube de polvo producida por algún coche que nos rebasa nos arranca de nuestro paraíso y nos sitúa muy cerca de la realidad. Mas allá llegamos a Alcossebre y nos damos un respiro de paseo marítimo que no quiere bicis…

Un nuevo momento de paz es el que se produce en una terraza en la que distinguimos como era el trato al extraño en los bares, terrazas y hoteles de los años 70. El trato que dispensa un rumano-español a quien se sienta a la sombra de su reino y tras todo eso de nuevo a la ruta… 
La costa mediterránea está plagada de pequeñas y grandes sorpresas, por un momento me he visto como esos prestidigitadores que, sabiendo lo que viene por delante, callan con tan de no desvelar la sorpresa del momento que venía a continuación.

Si la primera de las sorpresas tenía nombre de sierra, la segunda sorpresa del día era un parque natural precioso, en el que la playa es virgen y los campos, labrados por el hombre, se arremolinan junto a pequeñas rieras de agua que les proveen de lo que precisan para arrancar sus frutos. Su nombre: El Parc Natural de Cabanes-Torreblanca.


Un animal en el asfalto danza un baile que reconozco mientras Elena al volver sobre sus pasos no termina de creerselo... una serpiente está dando vida allí mismo y yo tan solo oso acercarme e inmortalizar un evento tan extraño como extraordinario.


Tras el paso por Oropesa aparece la tercera sorpresa de la jornada, se trata de la Via verde de Oropesa-Benicàssim, sorpresa doble puesto que en la VV se nos une una pareja de Italianos que nos han acompañado hasta nuestro destino del día de hoy.

En la VV recuerdo como me paré tras adelantar a algún ciclista que… inexplicablemente creyó que yo podía competir con el aún cargado como iba… Hoy los túneles y otra de las maravillas de torre de vigía que allí existe no nos estaban esperando... puesto que ejercemos de guías improvisados y nuestros acompañantes quieren avanzar y van con tienda...

Benicàssim huele a verano, allí hay otro paseo marítimo que no quiere bicis.

Elena no podía imaginar lo cerca que estábamos de nuestro destino, lo cerca que estaba el puerto de Castellón… 
Hoy por suerte parece que se le ha hecho corta la jornada.

algunas fotos





La costa Mediterránea, hasta Guardamar.


Día 4 Grao de Castellón- El Puig de Santa María 2/06/2015


Siempre me llama la atención aquello que otros ven como normal y yo considero extraordinario. 
El Millars conserva su espacio, impenetrable, frente a una carretera tan solo señalizada. Si cometes el error de seguirla te encontrarás con un muro y el río que te impedirá pasar al otro lado. 
Conocedor de esa circunstancia, en la mañana tocaba sufrir… la salida de El Grao era eso… algo no olvidado y no querido…

Ciclar con tráfico cerca de nosotros mientras la inexistencia de arcén nos inquietaba algo más si cabe…

Elena parece haber pasado por ese trance sin más problemas en una mañana en la que el sol estaba ocultado por las nubes que por un momento he sentido amenazadoras. Finalmente el astro rey se ha impuesto y el calor ha formado parte de nuestra compañía.



Tras circunvalar la zona industrial del puerto a poco que he visto el desvío he comenzado a respirar al tiempo que Elena parecía poner caras que parecían conformarse con la ruta que seguía su guía particular es decir yo.

El trazado diseñado te lleva o te puede llevar a pensar que te has perdido y yo tan solo iba buscando el desvío preciso... que sigue a otro desvío... hasta encontrar el letrero y más allá una ermita…  la de Sant Josep.

Hasta ese momento no podía sonreír… a partir de ese momento ya iba cantando buscando la siguiente referencia: la siguiente ermita "la de San Antonio" para encarar paralelo el cauce del río.

Sin entrar en Almassora nos incorporamos al carril bici que nos cruza "el Millars" y en la entrada de un pueblo especial volvemos hacia el mar. Una, siempre, sorprendente Borriana nos esperaba y tras ella un sinfín de paseos de superficie de madera sobre la arena que nos acercan y pasan por las playas de Nules, Moncofa y Xilxes.

La luz de este levante mediterráneo tiene ese halo de calidez húmeda que reconozco como propia, plana y fugaz.

Almenara a lo lejos y más allá Canet d’en Berenguer nos depositan en las cercanías de una ciudad de pasado romano: Sagunto… Pasamos junto a su puerto y nuevamente como a primera hora de la mañana cruzamos por la zona industrial del puerto hacia lo que pudiera ser las cercanías de su otro puerto: el romano, para ello nos dirigimos a El Grao Vell de Sagunto. Cuando llegamos vemos que unos paisanos están pintando una iglesia en lo que hubiera haber podido ser el verdadero Grao de la ciudad.

Los pintores nos miran un tanto sorprendidos mientas nosotros miramos unas mesas cubiertas con unas hojas de palmera que se sustentan en una fugaz estructura metálica oxidada... 
Bajo una sombra las mesas están cubiertas con un hule que parece no haberse movido en muchos años y sobre este, en una de ellas, vemos las botellas de cerveza vacías.


De nuevo en marcha enfrentamos una zona con un valor natural impresionante y al parecer poco cuidado que nos lleva a pasar por caminos insondables que nos hacen descabalgar y empujar para poder seguir en ruta mientras somos pasto de los mosquitos. En ocasiones bailamos sobre nuestras monturas mientras que en otras somos pasto de la arena al son de esos insectos que hoy tenían el día libre...


Tras reparar un pinchazo y comer.. juegamos con el tiempo y con el recorrido... para finalmente hacerle un comentario que bien pudiera ser una pregunta a Elena:

-pide un deseo

la respuesta es evidente; llegar pronto.

-deseo concedido...

el comentario tenía trampa puesto que la había realizado junto a la señalización de nuestro destino: El Puig de Santa María y cerca del hotel que es nuestro final en el día de hoy.

algunas fotos







La costa Mediterránea, hasta Guardamar.


Día 5 El Puig de Santa María-Oliva 3/06/2015


El día despunta sueños, la vía verde de la Xurra es el inicio de un recorrido de ensoñación…



Ayer tarde, el encuentro con quien me he visto en muchas ocasiones, Vicent, me parecía lejano y próximo… lejano puesto que no estaba cerca precisamente y próximo porque siempre que paso por estas tierras tengo un recuerdo que perdura en el tiempo. Ayer se desplazó con tal de pasar un rato con nosotros, vino desde Manises con tan solo el propósito de estar cerca.

Esta mañana, nuevamente, la huerta valenciana nos acompaña como estos días atrás. La huerta se acerca tanto a la ciudad como le es posible. Aún puedes pasar por ella cuando atraviesas una de las ciudades más importantes de nuestra España… edificios a un lado, huerta al otro o la huerta junto a ellos con una dimensión que hace que no sepas si estas en un sitio o en otro.

Aquí hay una lucha perpetua que acabará con un vencedor, todos saben quien será el vencedor. Nadie conoce cuando se librará la ultima batalla, ahora los frentes están en una semitregua provocada por la crisis del sector inmobiliario. La guerra continuará cuando esa crisis sea pasado.

Si ayer el día acababa con la sonrisa de una persona amable y buena en el sentido de la propia palabra hoy el paso por el antiguo cauce del Turia era un regalo y… mucho mejor aún ha sido el transcurrir por la Albufera. Todo ello iba redondeando nuevamente un magnifico día…


El viaje, con ser contenido, sigue plagado de parajes que lo endulzan sin remisión… solo aquellos ojos que no quieran ver podrán no ver la belleza de esa lámina de agua que debe de crecer y mantenerse por siempre.


Lamina que tan solo pide una cosa: el cuidado y sostén de su naturaleza primitiva.

Pero el día tan solo había llegado a avanzar un poco y en nosotros, aplicados a nuestra labor, ya se había instalado un ligero gesto de tranquilidad tranquila…

Que será lo próximo?
Una nueva vía verde… un tanto desconocida... por estar lejana de nuestro origen.

Cullera, algo esquiva, conocida por casi todos por la montaña en la que están escritas las letras que conforman su nombre nos marca el paso. 
Cuando buscamos realizar este viaje y diseñe la ruta habían, como siempre ocurre, diferentes posibilidades… tal vez pasar por la costa y visitar un desconocido faro que tiene por nombre el de la localidad... Esa era una posibilidad pero los km, las etapas y sobre todo los días de que disponíamos hicieron que eso no fuera nuestro recorrido de tal forma que nuestro transito nos ha llevado a reseguir las famosas playas de Gandía a una cierta distancia por una carreterita rural que no tenía desperdicio y acabar de esa forma siguiendo la vía verde del Safor un poco más allá para finalizar en Oliva.


Al día tan solo le faltaba una última sonrisa... es un toque en la puerta... un paquete con un sobre... en su interior ese documento sin el cual parece que no somos gran cosa... ese documento, mi DNI ha vuelto a mis manos gracias a la generosidad del dueño del Hotel Herreros del Grao de Castello. 

algunas fotos












La costa Mediterránea, hasta Guardamar.


Día 6 Oliva- La Vila Joiosa 04/06/2015


Elena ayer me lo dijo: el viaje se acaba.

No entendía el porque se me instaló en la cara una sonrisa… a la que prosiguió algo cercano a una carcajada y a esta... una sonrisa un tanto enigmática.

Lo esperaba…
Lo se…

Siempre sucede… siempre llega un momento que te invade esa sensación cercana a un sentimiento… a mi me ha pasado en casi todos los viajes… llega un momento en el que aquel horizonte que te parecía imposible de conseguir o como mínimo lo veías muy lejano no solo es próximo, es real y cercano. 

A ella le acababa de pasar y yo no podía mas que sonreír y reír.

La mañana desprendía calor… el sol, eterna pila de luz y vida, nos iluminaba y creaba con nosotros las sombras que proyectábamos en un suelo oscuro. 

No es curiosa esa sensación de grises que ganan la partida a otros grises de forma que son capaces de hacer eso?


La vida está plagada de grises, casi nada es blanco o negro, casi nada es plano… o cuesta abajo.

Denia se caracteriza por todo lo que rodea a su puerto desde el que salen barcos a destinos insospechados y baleáricos… la tentación de escapar o huir estaba en el aire y en el aire ha quedado.

Reseguir la costa no era posible y la alternativa era una carreterita que te sube por la ladera. Una ladera te lleva a unas vistas… sobre el horizonte.


La bajada ha sido una delicia y tras ella el segundo de los toboganes, algo más difícil que el primero. Un poco más allá se nos ha presentado el cabo de la Nao el cual estaba presente en mis pensamientos y así que he visto el desvío allí que nos hemos ido si bien no contaba con la dureza de un perfil y una carretera que no tiene otra salida que volver sobre tus pasos


Cerca del Poble Nou de Benitatxell hemos comido y en lo alto, junto a una sucursal bancaria, hemos girado noventa grados... Era el vértice superior de esa tachuela que nos invitaba a bajar nuevamente hacia las proximidades del mar con quien hemos coincidido mucho más allá… en Moraira.


Hablar de Morarira y no hablar de sus fondos marinos es un pecado... esa costa sueña con una hermana que se encuentra en las baleares, en las cercanías y el recorrido de el puerto de Ibiza cuando el barco te lleva a Formentera.


Las pequeñas ondulaciones venían suavizadas por las vistas al acantilado, la sombra de los pinos y el ruido que comienza a percibirse proveniente de su corteza, ese es el calor que hemos encontrado.

Calp y el peñón de Ifach han sido como un bálsamo.. Calp proyecta una sensación de turismo y quietud un tanto extraña, el peñón preside esta parte del mundo y tras el, el conjunto húmedo de las salinas le quitan hierro a una población de temporada a la que parece que nunca terminas de llegar.

Recuerdo el morro de Toix, lo vi como una pared que enfrentaba un sur impenitente, hoy no lo he percibido así puesto que lo hemos dejado a nuestra espalda pero sabía muy bien que tras el se encontraba la bonita Altea y la no tan bonita Benidorm aunque siempre hay a quien le gustan los rascacielos y un tanto de masificación.

Más allá nos esperaba el descanso en una urbanización apartada del casco de La Vila Joiosa pero el destino quería jugar sus cartas en este caso ganadoras y nos ha obligado a seguir pedaleando en un día tan duro como largo hasta la ciudad... quizás quería que la conociéramos de otra forma ... en la noche de luna llena de este mar imposible.

algunas fotos














La costa Mediterránea, hasta Guardamar.

Día 7 La Vila Joiosa - Guardamar 5/06/2015


Con el animo encendido, la ilusión en lo más alto, con la satisfacción contenida… así quería verla esta mañana… pero Elena es de ánimo y gesto sereno y si bien yo sabía que la procesión iba por dentro... 

Por fuera nada de eso se traslucía.

Sonrisas en este viaje han habido muchas, pequeñas bromas y malos entendidos cosas normales que ocurren cuando aprendes lo que es esto de viajar en bici en compañía… En realidad siempre estamos aprendiendo, pero no hemos podido evitar el partirnos de risa con alguna de esas cosas que a veces suceden a tu alrededor... cosas sin importancia que están ahí y que con una pequeña dosis de humor se convierten en tremendas.

Pero si la risa ha sido de las de verdad, la sonrisa de hoy y las miradas de hoy tenían esa chispa de los grandes momentos… al fin y al cabo Elena hacía un viaje en el que los alicientes iban más allá de los de realizar un viaje juntos.

Tras la salida de la Vila Joiosa la ruta seguía la nacional hasta Campello del mar, pero es a partir de allí donde no dejas de poseerlo… el mar un tanto olvidado ha vuelto a estar próximo.

Alacant, preciosa, enseña su acantilado, que no es otra cosa que el tremendo roquedo en el que se emplaza el castillo de Santa Barbara. Imagino un mar más alto… unos 10 m más alto estallando en la falda de esa muralla rocosa, imagino el espectáculo que eso supondría desde el castillo... Pero no, el mar está contenido, los coches pasan a la velocidad de cualquier ciudad y somos nosotros quienes, ajenos a su impulso, dejamos aire de libertad tras nuestras monturas

La salida de una ciudad siempre es delicada y fría, siempre es algo a evitar si se puede pero… la verdad, nos hemos salido del trance con apenas unos rasguños.

Cerca del aeropuerto hemos cogido un desvío por una carretera plana en la que tan solo la brisa se anteponía a la delicia de navegar bajo junto al mar. Hemos parado a tomar algo y esas casualidades, una más en el viaje, se ha producido.... Veintitrés ciclistas de Ciudad Real pasaban por allí... y alguno se ha entretenido con nosotros... 7 piñones se llama su club y por lo que nos han explicado se trata de un club en el que hay gente muy inquieta.


Más allá el recorrido nos tenía guardadas algunas sorpresas. Acercarte a Santa Pola bordeando su acantilado es un placer reservado a quienes como nosotros no tienen prisa y saben disfrutar de las pequeñas cosas sensatas como lo es esa vista a la isla de Tabarca.


Tras santa Pola otra maravilla… Las salinas, incomparables con nada, es uno de esos paisajes que recuerdan vagamente a las del delta del Ebro.


Pensaba en esos momentos en la realidad de las cosas… Acaso hay una forma mejor de acabar el viaje con un regusto algo salado en los labios?



Y llegados al final, la vista de la imagen que haremos realidad de una lejana desembocadura del Segura es un digno colofón a un más que digno viaje.

y estas son algunas fotos













La costa Mediterránea, hasta Guardamar.


Día 7 Guardamar-Aeropuerto de Alacant


Es a veces extraña la forma de regresar de un viaje, tal vez la de esta ocasión no es la mejor de las maneras. 

Para mi la mejor de las maneras es la que hacía en los viajes de verano cuando viajaba solo… cerrar una circunferencia llegando allí desde donde salía de viaje.

Pero cuando no tienes esa posibilidad en la imaginación o en las circunstancias o en ambas a la vez debes de encontrar en cualquier caso la mejor forma de volver.

La llegada al Aeroport de Alacant, como a la de cualquier Aeropuerto no es fácil. Cuando indague sobre ello no obtuve una fácil respuesta, la realidad es que esta tierra que tiene de todo menos el ser plana no nos lo ha puesto fácil…

Las primeras subidas y bajadas las hemos realizado como si aquello ya no fuera con nosotros pero un día duro con el hundimiento allí donde no corre el aire y se pierde el horizonte para volver a subir allí donde no solo había aire si no también vistas interesantes era un ejercicio que ha terminado por pasarnos una ligera factura.

La mentalidad y el pensamiento de que habíamos acabado se nos ha vuelto un poco en contra y la llegada a nuestro primer destino en el día de hoy se ha convertido en un deseo.

El coche de alquiler nos esperaba en el aeropuerto y con el hemos realizado la vuelta…

Teníamos algo pactado y hablado…

Los teléfonos guardan mensajes, la información vuela por un espacio indefinido… las presuntas fronteras se convierten en hermanas y de esa forma hemos dejado pendiente la visita a una población que es una zona y un rio: La Senia.

Si ayer pensaba en un cierto regusto salino de fin del viaje y me preguntaba si había un mejor final para el viaje hoy lo he encontrado; un final suave, dulce y sincero en un lugar insospechado: un bar, en una mesa, en un mantel, en una comida.

El final lo he visto allí en esa mesa, más adelante quedas trastocado por las circunstancias cuando la mente te gasta malas pasadas y parece adelantarse al cuerpo de forma que te engaña, te dice cosas inciertas o que no son tan difíciles de entender pero... al final se sale con la suya y te engaña.

Así es como pasa un tiempo precioso que no volverá para, cuando has superado ese momento, volverte a levantar y caminar nuevamente con paso firme hacia un futuro.

El paraíso ha quedado atrás, ahora queda vivir lo que viene por delante.


La costa Mediterránea, hasta Guardamar.


La despedida


Un nuevo viaje, una nueva experiencia especialmente vivida. Tras años de viajar conmigo y lo que me rodeaba he tenido la oportunidad de añadir y añadirme a la experiencia de otra persona.

Desde aquí: gracias por compartir

Compartir cada una de esas miradas, esas sonrisas, esos gestos, esas palabras, todo eso y mucho más.

No era fácil a priori, en realidad el primer viaje nunca es fácil pero no por ello había que dejar de hacerlo… pensamos en ocasiones que algo puede no salir bien y ello nos lleva a la duda.

La duda es tan solo el principio de la certeza. A través de la duda llegamos a la meta que no es otra cosa que la certeza.

En la certeza tan solo tengo presente lo obvio, lo importante…

Que a ese segundo le sigue otro… el que acabamos de vivir.

Mientras este escrito permanecerá inalterable en Internet esperando que unos ojos lo repasen someramente o con profundidad o tal vez intentando leer más allá de las letras, las palabras y los mensajes… millones de segundos irán pasando y con ellos nuestra vida se irá acercando a su fin…

No creo en nada más allá de lo real, tan solo sigo buscando en las palabras, en las ideas, en los hechos, en las actitudes el poder vivir y seguir hacia el futuro.

En este viaje he tenido presente en innumerables ocasiones aquel tiempo en el que el mundo onírico estaba presente en mi vida… así sucedió en la plaza de la Altea Vieja en un bar hace muchos años, allí tuve la oportunidad cercana a una auto obligación de preguntar dentro de un bar en el que tomábamos algo un gripo de amigos ... que era y de quien era aquella música que sonaba en la terraza donde nos encontrábamos…

Ese mundo como este viaje era un mundo contenido en el que tan solo, en ocasiones, debías cerrar los ojos e intensamente estar presto a sentir con devoción.

Al igual sucede en este viaje que ahora despido.

Algo como esto.


(Resurrection, Raphael)


La pasión es viajar

La pasión es vivir.




En ocasiones, quizás en demasiadas ocasiones, el destino te lleva a otros lugares donde no se pueden enseñar ni todas las fotos. Cuando eso sucede, creerme, pienso que eso forma parte de la vida.